A veces explicar cansa más que callar
No fue una discusión. Ni siquiera una pelea.
Solo una frase suelta, dicha con cariño, que me dejó con esa incomodidad conocida:
“Pero si te ves bien, ¿por qué te cuidas tanto?”
No era mala intención. Pero una vez más, me enfrentaba a ese muro sutil: la incomprensión.
Y con ella, el cansancio de tener que explicarme… otra vez.
Porque cuando cargas con algo invisible —una enfermedad, una mente intensa, un sistema nervioso hiperactivo— todo lo que haces para sostenerte puede parecer exagerado. O innecesario.
Y ahí, sin querer, empiezas a dudar tú también.
🔍 Cuando explicar se vuelve una trampa
Hay días en que justificarte se siente como una forma de defenderte. Como si tu forma de vivir necesitara un permiso.
Y no. No lo necesita.
No todo el mundo va a entender por qué dejaste de salir tanto.
Por qué entrenas aunque estés cansada.
Por qué priorizas dormir a tiempo, comer de cierta forma, evitar ciertas conversaciones.
Por qué ya no te fuerzas a responder rápido, ni a decir que sí cuando no puedes.
Y esa incomprensión, al principio, duele. Porque parece rechazo.
Pero con el tiempo, puede ser otra cosa: espacio.
🧠 Fundamento real
Muchas personas con condiciones invisibles —como enfermedades autoinmunes, fatiga crónica, TDAH o alta sensibilidad— cargan con una doble carga: cuidarse y explicarse. Según Harvard Health, cerca del 10 % de la población vive con enfermedades invisibles, que no se ven a simple vista pero afectan de verdad (Harvard Health).
En el caso de neurodivergencia, el fenómeno conocido como “masking”, o enmascaramiento, significa suprimir comportamientos o sentimientos auténticos para encajar, lo cual es emocionalmente agotador y afecta la salud mental (Estudio en PMC).
La necesidad de traducirte permanentemente, de justificar lo que haces, no es una debilidad: es un síntoma de que lo que ocurre tiene valor y necesita espacio para sostenerse.
🔎 Aprobación no es lo mismo que dirección
Dejar de buscar que todos entiendan no es volverte fría. Es empezar a proteger tu energía.
Y tu energía no es infinita.
Hay decisiones que solo se entienden desde dentro. Que nacen no del miedo, sino del deseo de no volver a caer.
Y está bien que otros no lo vean.
Lo importante es que tú no lo olvides.
🌿 No es aislamiento, es intención
No estás dejando a la gente fuera. Estás dejando fuera el ruido.
No estás siendo egoísta. Estás siendo viable.
Y tal vez en el camino se vayan personas que no comprenden tu ritmo, tu sensibilidad, tu proceso.
Pero también llegarán otras que no necesiten explicaciones.
Solo presencia.
📌 Elegir comunidad, no multitud
No necesitas un mundo que te aplauda. Necesitas un puñado de personas que te sostengan sin pedirte que te edites.
Y si aún no las tienes, construye desde tu fidelidad.
Porque la coherencia atrae. No rápido. No en masa. Pero sí con verdad.
Hay decisiones que duelen más por lo que pierdes que por lo que cuestan.
Pero mantener tu salud mental, tu claridad física, tu foco… no es negociable.
No todo el mundo te va a entender.
Y eso, aunque incomode, también es un filtro.
Porque no estás aquí para ser entendida por todos. Estás aquí para no traicionarte a ti.
Compártelo si conoces a alguien que entrena, trabaja y carga más de lo que dice.
Tal vez necesita leer esto hoy, aunque aún no lo sepa.
0 comentarios